Capítulo 1- Tina-Jack

Y el relato de Tina, jefa de la cabaña de Hermes:

El sol lucía con un brillo atípico para ser principios de primavera. Parecía tener fuerza suficiente para dar tanto o más calor que en verano, por eso el campamento bullía de actividad. Nadie quería desaprovechar la oportunidad que les brindaba el tiempo. Un descanso entre tanta lluvia primaveral que alegraba hasta a los mestizos más huraños.

–¡¡VAMOS!! ¡¡Moved el culo!! ¿O es que queréis que os maten a todos? –grita Anna, la capitana de Ares a su Cabaña.

Típico de ella, pensó Elizabeth y negó con la cabeza en señal de desaprobación. Los hijos del dios de la guerra estaban inmersos en una batalla en la que luchaban con espadas, pero no con escudos, por lo que la defensa era más complicada. Siguió caminando por el campamento con la mirada distraída. Se había despertado con un mal presentimiento que no conseguía quitarse de la cabeza.

Quirón se acercó a Elizabeth y empezó a caminar a su lado, siguiendo el ritmo cansino de sus pasos.

–Veo en tu rostro una mezcla de incertidumbre y de aburrimiento. ¿Un mal día?

–No especialmente –contestó Liz–. Simplemente es un día más en el campamento, como otros tantos. A veces se me hace cuesta arriba, sólo eso. Llevo demasiado tiempo encerrada aquí, sin ir a ninguna misión y sin ningún campista al que acoger en la cabaña.

–Se podría decir que eres un culo inquieto. No te gusta estar mucho tiempo en un lugar. ¡Digna hija de Hermes!

Elizabeth soltó una carcajada. Era cierto. Le gustaba viajar, conocer mundo y robar. Y allí no podía hacer ninguna de esas cosas. ¿Por qué su padre no le daba algún recado? Necesitaba algo para no volverse loca.

–¡¡Ey, Knight!! –gritó alguien.

Elizabeth se giró hacia la derecha. Junto al muro de escalada se encontraba Dorian, hijo de Atenea, y el único chico que hacía que su corazón se acelerara.

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